Bicicleta vs Automóvil

Bicicleta vs Automóvil

No estoy en contra del auto, sino de lo que el auto provoca.

Me muevo en bici diariamente y con el paso del tiempo me fui dando cuenta lo acertada que fue mi decisión desde el momento en que comencé a moverme por la ciudad en bicicleta.

Ver esas filas de autos parados o apenas avanzando, haciéndose camino casi a la fuerza, a bocinazo limpio, con conductores intolerantes, agresivos y estresados que finalmente llegan a su destino cansados y malhumorados, me puso en la cabeza solo una cosa: sigo prefiriendo la bicicleta como medio de transporte en lugar de moverme “cómodamente”(?) en auto por la ciudad.

No se trata de una contienda, ni poner a unos contra otros, sino de marcar la diferencia significativa que tiene el uso de la bicicleta por sobre lo que sucede con el auto.

Si nos trasladamos a principios del siglo XX nos daremos cuenta rápidamente que la bicicleta reinó en todo el mundo mucho antes que el auto irrumpiera en su frenética carrera por imponerse como medio de transporte, y que solo aportaría más rapidez en su desplazamiento, pero acarreando un mayor gasto, una mayor contaminación, y mayor congestión vehicular (por ocupar más espacio), etc.; características que hoy, más de 100 años después, siguen, pero multiplicadas exponencialmente y que contribuyen directamente a deshumanizar las ciudades.

Cuando decimos que queremos ciudades para la gente, es eso mismo, que las personas puedan moverse más naturalmente, sea caminando o en bicicleta, con ritmos más pausados, bajando los niveles de excitación y agresividad, circulando con mayor seguridad sabiendo que contamos con más espacio. Y en este sentido es donde la infraestructura y el diseño urbano deben acompañar el desarrollo sustentable que las ciudades necesitan en estos días.

La bicicleta, como noble vehículo que es, vendría a ocupar el espacio que el auto ya debería dejar de ocupar. El auto, al que considero obsoleto, nos hace gastar más dinero (impuestos, combustible), nos aumenta el nivel de sedentarismo, nos conduce a un comportamiento deshumanizado, contamina el medio ambiente, nos impide ver más allá del parabrisas, no nos conecta con el entorno y genera en la gente un estado de indefensión en las calles.

El uso y abuso del auto en la ciudad no contempla atenuantes, es una caja metálica con cuatro ruedas y más de una tonelada de peso que si a eso le sumamos la velocidad que desarrolla se transforma en una pesada masa que avanza por calles y rutas, conducidos por personas que no ven o no quieren ver que ahí afuera también hay personas de igual naturaleza que desean vivir en una ciudad más pacífica y ordenada.

La bicicleta esta, existe, anda y se queda con nosotros para mostrarnos que se puede vivir sin auto: podemos ir al trabajo, podemos ir de compras, podemos llevar a nuestros hijos a la escuela, podemos ir a visitar a nuestros amigos y otras muchas cosas más. La bici nos transporta a una ciudad más humanizada. El auto nos hace involucionar.

La bici contra el auto, no es tan así, ambos pueden convivir en las ciudades, pero la relación de espacio que se deben cada uno necesita ser cambiada, y en eso deben seguir trabajando los gobiernos para generar conciencia en la gente y mostrar con hechos contundentes (mejor infraestructura y diseño urbanos) que podemos vivir en espacios más evolucionados y menos convulsionados.

Yo desde mi bici voy a seguir contribuyendo para que ese cambio se note.

(Yo tengo auto y lo uso muy poco, aunque estoy pensando seriamente algún día en comprarme una bici-cargo y salir pedaleando en familia)

Soy ciclista

Soy ciclista

Mi medio de transporte diario es la bicicleta, y voy a hablar de Buenos Aires, aunque Uds. podrán poner la ciudad que quieran y encontrar semejanzas y diferencias.

La ciudad cada día tiene más inconvenientes para ofrecer opciones de movilidad eficientes y la bicicleta es el instrumento ideal para subsanar ese problema, aunque no es el único.

No recuerdo bien cuando fue la última vez que me subí a un bus para llegar a mi trabajo, pero es muy gratificante sentir que casi no lo necesito (vivo a tan solo 6 kms de mi trabajo). Si bien el transporte público es fundamental en una ciudad colapsada por el gran ingreso de autos, la bicicleta me da la libertad de movimiento que ningún otro medio de transporte hasta ahora pudo ofrecerme.

Ser ciclista urbano tiene sus ventajas y desventajas; en una ciudad donde la bicicleta todavía no logra ocupar un lugar preponderante el ciclista debe hacerse lugar a fuerza de imponer su voluntad de ofrecer una alternativa eficiente, ecológica y sustentable, y demostrarlo con resultados.

Las ventajas están dadas en la libertad de movimiento que te da la bicicleta, la versatilidad en el traslado del punto A al punto B (traslado de personas, mercaderías o mascotas o todas juntas a la vez), la eficiencia ecológica, entre otras.

Las desventajas (que en mi caso representan fortaleza) están dadas mayormente en la falta de aceptabilidad por una parte de la sociedad que aun se niega a evolucionar y la pobre y deficiente infraestructura dedicada al ciclismo urbano para paliar esa falta de seguridad que muchos sienten cuando circulan en bicicleta por las calles y avenidas de esta ciudad tan convulsionada y agresiva.

Me cuesta aceptar que la gente se resista al cambio, exponiendo diferentes argumentos carentes de solidez, como ser “las ciclovías solo generan más congestión”, “los ciclistas no respetan nada”, “en auto viajas más cómodo”, “llego al trabajo transpirado”,  “en invierno no se puede pedalear”, entre muchas otras; y a cada uno de estos argumentos le cabe la pregunta: ¿Que haces para cambiar la realidad de tu ciudad?, y nadie tiene una respuesta concreta y le cargan toda la responsabilidad al gobierno de turno, como si con ello hiciéramos una gran contribución, y sin embargo no nos damos cuenta que nos falta inteligencia para afrontar la adversidad.

Agarrar mi bici y salir a la calle representa el mayor de mis logros a la hora de contribuir con el bienestar de mi ciudad. Se que mi pequeño aporte se magnifica al sentir que estoy transitando el camino correcto. Es la redención misma. Es la descarga de endorfinas que genera poner un pie sobre el pedal lo que me sigue moviendo en ese sentido.

Hoy no imagino trasladarme de otra manera, me costaría mucho desprenderme de un vehículo tan noble y amigable como es la bicicleta. No lograría re-adaptarme a otra modalidad de transporte, aunque reconozco en el transporte público la gran ventaja que tiene en contraposición al uso y abuso del automóvil.

Soy ciclista, me muevo en bici y seguiré por ese camino, los espero…

La bici y el transporte público

La bici y el transporte público

Mucho se habla en el mundo en estos días sobre la multimodalidad, es decir la combinación de medios de transporte sustentables, y en ese sentido la bicicleta juega un papel protagónico.

Combinar el subte con un colectivo, o el tren con el subte y colectivo, o el subte con la bici, etc., genera un ecosistema ideal a la hora de reducir la contaminación ambiental en todo sentido (reducción de la emisión de CO2, reducción del ruido, mas espacios respirables, mejor circulación de peatones).

La bicicleta en si misma ya forma parte de este sistema, que si bien aún no tiene una infraestructura adecuada para una circulación segura, se observa un crecimiento sostenido de su uso en toda la ciudad.

Hoy subirse con la bici a un tren es parte de la rutina diaria de muchos ciudadanos y afortunadamente es una sana costumbre que crece día a día. lo que debería fomentar en los funcionarios de cada gobierno la generación de mas infraestructura que soporte esta nueva modalidad de transporte que gana adeptos cada día y que ayuda enormemente a que nuestras ciudades sean mucho mas amigables con el medio ambiente y con las personas.

Si consideramos que el ingreso de autos al centro de la ciudad es indiscriminado y caótico, quizás por la falta de infraestructura adecuada para tal fin o una mala calidad en los servicios de transporte publico, el uso de la bici en combinación con otros medios de transporte masivo crea una forma diferente y sustentable de llegar al trabajo o a la escuela y para eso tenemos que enfocarnos en construir un sistema interconectado de redes que le den al usuario una experiencia confortable, segura y de calidad que incentive su uso, de lo contrario seguiremos cayendo en un pozo donde el auto es protagonista y causal principal de la congestión vehicular que tantos dolores de cabeza nos da a quienes tenemos que transitar la ciudad cada día.

Solo por mencionar una pequeña porción de la torta, que de hecho no por ser pequeña deja de ser importante, pero si todos aquellos que vivimos en un radio de 15-20 kms de distancia de nuestro trabajo o nuestras actividades cotidianas pensáramos en usar la bici o combinar medios de transporte masivo y caminar un poco mas, ya estaremos generando un cambio cultural significativo que modificaría eficientemente la forma de vivir de las personas y mejoraría enormemente el gran problema de circulación de autos en el centro de la ciudad.

Nos pasamos los días protestando por la congestión vehicular, pero en algún momento nos preguntamos que estamos haciendo realmente para cambiar la historia mientras sacamos el auto de la cochera para viajar desde Villa Urquiza hasta el Microcentro?

La propuesta es desincentivar el uso y abuso del auto dentro de la ciudad y para eso cada gobierno debe poner su gran parte: asignar bien los recursos presupuestarios (peatón, bici y transporte publico como prioridades), planificar eficientemente (no darle al auto mas lugar del que tiene), convocar al ciudadano (la opinión popular es importante y necesaria, conocer sus gustos y costumbres), generar campañas de concientización (en vía pública y medios masivos de comunicación en forma permanente); pero nosotros debemos ser parte activa y no esperar que otros nos solucionen los problemas, nosotros podemos contribuir ciertamente haciendo lo que hay que hacer, accionando con buen criterio sobre lo que nos provoca incomodidad, es decir, si el problema es la congestión vehicular, entonces dejemos el auto en la cochera, busquemos alternativas, seamos proactivos y no nos quedemos en la protesta misma porque eso solo contribuye al descontento general, a la mala predisposición de las personas a mejorar su entorno, al enfrentamiento de unos con otros, a la mala convivencia, a la intolerancia, etc.

No sé que piensan Uds., pero me gustaría saberlo, siempre es bueno conocer la opinión de la gente y me ayuda a seguir aprendiendo.

De todas maneras, de algo estoy muy seguro, la bici te cambia la vida. Subite a la bici. Todos podemos hacer una ciudad mejor si nos lo proponemos.