Las ciclovías porteñas: el basurero de la ciudad

Las ciclovías porteñas: el basurero de la ciudad

La ciudad de Buenos Aires ha visto crecer su red de ciclovías en los últimos años de forma extraordinaria, con algunas mesetas en ese camino de construcción y una dudosa y pobre calidad en su infraestructura, pero hoy no vengo a hablar de todo lo que está mal a mi criterio y todo el camino que resta por recorrer para mejorar lo que ya se hizo, sino del indebido uso que se le está dando a ellas, poniendo en riesgo a quienes las usan para moverse en bici por la ciudad.

Desde autos mal estacionados, contenedores de basura, volquetes de la construcción, carga y descarga de mercaderías en zonas inhabilitadas, hasta demás porquerías que deberían estar en otro lado, pero no bloqueando un carril que fue diseñado y concebido para que más gente pueda moverse en bicicleta con mayor comodidad y seguridad.

Una seguridad que se ve permanentemente interrumpida por cuestiones ajenas a quienes usan la bicicleta y que de alguna manera habla claramente de una sociedad rota, indisciplinada, mal educada e irrespetuosa que hace caso omiso a las normas, y que además no escucha las recomendaciones y sugerencias que disparan, no solo quienes usan la bicicleta, sino también quienes comandan las políticas públicas en materia de movilidad, transporte y obras.

Una clase de anarquía urbana se apodera de las calles de la ciudad y muy especialmente sobre las ciclovías. “Hacemos lo que podemos” te dicen algunos/as, con tono de resignación. Otros/as te dicen que “las ciclovías no deberían existir”, y con cierta lógica, porque las ciclovías solo existen a raíz de la violencia vial que padecemos quienes andamos en bici cada día. Se escucha también decir que “los/as ciclistas no respetan nada”, pero mueren más de 6000 personas en siniestros viales y ninguna a manos de ciclistas asesinos/as.

Una sociedad que erróneamente cree que quienes andan en bicicleta son un estorbo, que si no se anda en auto no se puede vivir, que si no le damos espacio a la movilidad contaminante e ineficiente nada estará mejor, que el auto es un refugio, que manejar un auto es todo lo que está bien. Se distorsiona tanto la información que muchas veces duele.

Duele convivir con personas que no consideran el inmenso valor que tiene la vida y la importancia de tener una ciudad más saludable, segura y limpia. Se suben al carro del odio infundado y sin argumentos válidos y actúan en consecuencia, provocando todo tipo de situaciones indeseables que perjudican a otras personas. La falta de empatía es el común denominador en cada una de esas situaciones donde nos encontramos frente al dilema de si podemos seguir con seguridad o debemos frenar para resguardar nuestra integridad física.

Imaginen por un segundo si pusiéramos un volquete en medio de la calzada o estacionáramos nuestra bicicleta e impidiéramos la libre circulación de los automovilistas. Sería un caos, no?

Ver video: https://www.youtube.com/watch?v=TbuPj2UmRzo

Hay muchas personas que transitan un camino de apatía, violencia, desaprensión, prepotencia e impaciencia que nos debilita como sociedad y que nos muestra un escenario poco alentador, pero en ese panorama poco feliz tenemos la inmensa necesidad de seguir procurando un lugar seguro donde movernos y es ahí donde llamo la atención una vez más a los/as tomadores de decisiones para que sin mediar más palabras empiecen a trabajar seriamente para revertir esta situación que hoy atravesamos, y que esas palabras (vacías muchas veces), se transformen en acciones concretas para que realmente andar en bicicleta por la ciudad sea absolutamente placentero y no tengamos que preocuparnos por los “desperdicios” que hoy depositan sobre las ciclovías.

Gracias por andar en bicicleta, gracias por no permitir que nos sigan maltratando, gracias por entender que no se puede andar por la vida apartando del camino todo aquello que por alguna razón no nos gusta o nos importa poco. Gracias por la empatía, gracias por el respeto, gracias por ocupar cada uno de nosotros el lugar que nos corresponde sin alterar el rumbo del otro. Sigamos trabajando para que las ciclovías de mi ciudad dejen de ser un basurero.

La bicicleta: felicidad en dos ruedas

La bicicleta: felicidad en dos ruedas

Se me ocurre escribir sobre la bicicleta (¡que novedad!) porque hoy se celebra el Dia Mundial de la Bicicleta, y es justo reconocer la importancia que tiene su existencia en función de lo que representa como modo de transporte saludable, eficiente, ecológico, económico y seguro.

Hoy celebramos su día, porque en bicicleta experimentamos sensaciones placenteras, la bicicleta nos permite comunicarnos con el entorno, nos conecta socialmente, nos da una herramienta de pacificación, nos coloca en el ápice de la pirámide de la movilidad urbana junto con los peatones y eso, entre muchas otras razones, nos da un motivo para celebrar.

Andar en bicicleta nos transporta a otra dimensión, potencia nuestra concentración, nos da energía adicional para afrontar las responsabilidades que cada uno de nosotros tenemos cada día, nos motiva a seguir usándola y es fuente de inspiración para cualquier cosa que quieras hacer.

No importa la edad que tengas, a todos nos modifica la vida usar la bicicleta, porque sin importar para que la uses, lo importante es usarla y eso ya transforma nuestra calidad de vida.

Andar en bicicleta da placer, transforma un día gris en un día brillante aún si el cielo anuncia una lluvia inminente, porque que importa mojarnos un poco si lo que importa es ser feliz y como dicen quienes más saben de ciclismo urbano: “no somos de azúcar”.

Hoy se celebra a la bicicleta, se celebra poder ser parte de un movimiento que busca generar empatía, porque sin ella la vida sería aburrida, las calles serían más inseguras, el aire sería más irrespirable y tu llegada a destino sería más caótica.

¿Cuántas veces escuchamos decir que en bicicleta llegas a todos lados y nunca llegas tarde? Quienes la usamos diariamente podemos confirmar la certeza de esa definición, y no hay nada en este mundo que pueda evitar eso, excepto una indeseable pinchadura.

¿Qué vas a hacer desde hoy? ¿Sacarás tu bicicleta, la pondrás en condiciones y saldrás a rodar? ¿No tienes bicicleta? Siempre hay una tienda abierta que tiene la bicicleta ideal para vos y dispuesta a hacer feliz a otra persona. ¿No sabes andar en bicicleta? Siempre se puede aprender, porque nunca es tarde, y porque hay mucha gente que está dispuesta a ayudarte. ¿No quieres salir solo/a a andar en bici? Busca quien te acompañe, un/a amigo/a, familiar o alguien que tenga la voluntad de acompañarte. La bicicleta es la felicidad en dos ruedas, es la forma mas divertida de moverse, es saludable y ciertamente nos brinda muchos beneficios. No hay forma de no celebrar su día, y mañana y siempre.